“Los ODS representan una inversión global de cerca de US$12 billones al año”

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Tonilyn Lim, directora de Programas del Pacto Global de la ONU, afirma que los ODS, se han convertido en una brújula para la estrategia empresarial y financiera global

Por: Carlos Arturo Duque Pulido

Tonilyn Lim, directora de Programas del Pacto Global de la ONU, afirma que los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, se han convertido en una brújula para la estrategia empresarial global. Alinear los modelos de negocio con los ODS no es solo una decisión reputacional, sino una vía para acceder a oportunidades de crecimiento y resiliencia valoradas en más de US$12 billones al año.

La integración de los ODS permite a las empresas mitigar riesgos, acceder a mejores condiciones de financiamiento y mejorar su competitividad. Según Lim, este enfoque responde a demandas crecientes de inversionistas, reguladores y consumidores, y posiciona a las compañías como líderes en una economía que prioriza sostenibilidad, inclusión e innovación.

¿Por qué alinear los modelos de negocio con los ODS es una decisión estratégica?

Los ODS siguen siendo la brújula hacia donde debe dirigirse la economía mundial. Cuando las empresas se alinean con los ODS se están alineando con las fuentes más significativas de crecimiento futuras. Los ODS representan una oportunidad global de inversión de al menos US$12 billones al año en nuevos mercados, productos y servicios en sectores como energía limpia, ciudades sostenibles y salud. Solo en energía limpia, las inversiones superaron por primera vez a las de combustibles fósiles en 2024.

Las empresas que integran estas prioridades en sus modelos de negocio no solo reducen riesgos, sino que también crean nuevas oportunidades para generar valor y atraer inversiones responsables.

¿Cuáles son los principales avances y retrocesos del sector empresarial en los ODS?

El sector privado ha logrado avances clave, especialmente en transparencia y divulgación. Hoy, 96% de las 250 empresas más grandes del mundo reporta sobre desempeño en sostenibilidad, y casi 80% de las principales compañías de cada país hace lo mismo.

Otro progreso ha sido el rápido crecimiento de las finanzas sostenibles: en 2024 se emitieron más de US$1,1 billones en bonos y préstamos sostenibles.

¿Cuáles son los retos y oportunidades de América Latina para avanzar en los ODS?

La región combina grandes retos con un enorme potencial. Estructuralmente, tiene bajo crecimiento: en la última década el PIB creció en promedio solo 1% anual, uno de los peores desempeños globales. Esto limita la capacidad de financiar inversiones sociales. La pobreza sigue siendo alta y 30% de la población vive en pobreza multidimensional.

Además, es una de las regiones más vulnerables al clima, con sequías, inundaciones y tormentas que afectan seguridad alimentaria, infraestructura y salud. También concentra 80% de los ataques a defensores ambientales y de tierras en todo el mundo.

¿Qué evidencia hay de que la sostenibilidad genera retorno económico?

La evidencia es clara: la sostenibilidad impulsa rendimientos. Un análisis de más de 2.000 estudios empíricos muestra que la mayoría encuentra relación positiva o neutra entre lo sostenible y financiero.

En términos concretos, la sostenibilidad trae ahorros en eficiencia de recursos, mejoras en productividad, mejor reputación, confianza del consumidor y muchas más. No invertir tiene costos: por ejemplo, en Bangladesh las olas de calor causaron pérdidas de US$1.780 millones en PIB en 2024 por baja productividad laboral.

¿Qué riesgos enfrentan las empresas y países si no se cumplen los ODS en 2030?

Los riesgos son sistémicos y afectan directamente a los negocios. El déficit anual de financiamiento de US$4 billones en países en desarrollo persistirá, limitando crecimiento y estabilidad de mercados. Los impactos climáticos -que ya causaron US$4,2 billones en pérdidas económicas entre 1993 y 2022- se intensificarán, encareciendo seguros y provocando activos varados y disrupciones en cadenas de suministro.

En lo social, no avanzar en pobreza, educación o igualdad de género alimentará inestabilidad, menor poder adquisitivo y menos talento disponible. Para inversionistas, esto es mayores primas de riesgo y menores flujos de capital.

Fuente: LA REPÚBLICA