“La fotografía de la naturaleza tiene un poder enorme para sensibilizar e inspirar acción” | ENTREVISTA

Por: Iván Paredes Tamayo
- El argentino Sebastián Navajas quedó como finalista en el certamen “Wildlife Photographer of the Year” por sus fotografías sobre la reintroducción del yaguareté o jaguar en los Esteros del Iberá.
- Este concurso es organizado anualmente por el Museo de Historia Natural de Londres y es considerado el “Óscar” de la fotografía de naturaleza.
- Navajas trabajó durante tres años con el gran felino de América.
- Ahora está realizando un documental en Paraguay y su sueño es llegar a cadenas televisivas internacionales dedicadas al trabajo ambiental.
El fotógrafo argentino Sebastián Navajas presentó diez fotografías sobre la reintroducción del yaguareté o jaguar (panthera onca) en los Esteros del Iberá, provincia de Corrientes, Argentina, en el concurso “Wildlife Photographer of the Year” (Fotógrafo de Vida Silvestre del Año), que organiza el Museo de Historia Natural de Londres. Las imágenes llegaron a la ronda final, un reconocimiento que, cuenta Navajas, anhelan los fotógrafos de vida silvestre del mundo.
Este año, el certamen logró registrar a más de 60 000 participantes. Las fotografías finalistas fueron tomadas por Navajas a lo largo de tres años de trabajo dentro de la Fundación Rewilding Argentina, que lidera el trabajo de recuperación del yaguareté o jaguar y muchas otras especies en Corrientes.
Las imágenes tomadas por Navajas muestran a jaguares deambulando nuevamente libres por el Iberá, luego de más de 70 años de extinción en esa zona. El fotógrafo capturó diferentes aspectos del trabajo de recuperación de la especie, incorporando fotografías de anestesias, traslados internacionales, monitoreo e investigaciones. Más allá de la calidad visual, el certamen galardona a fotógrafos que cuenten historias. Navajas presentó la esperanzadora historia de recuperación del jaguar en Argentina.
Sebastián Navajas realizando lo que más le gusta: la fotografía en pleno campo. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿Cómo se inicia en el mundo de la fotografía de naturaleza?
—Fue hace más de diez años, pero todo comenzó con la observación de aves. La pasión por la naturaleza en general arrancó ahí. Esa pasión y la fotografía fueron creciendo y estudié Biología en la Universidad de Buenos Aires [UBA] y ahí también me di cuenta de que la pasión por la fotografía era muy grande. Desde hace tres años, me dedico completamente a la fotografía de naturaleza y estuve trabajando en la Fundación Rewilding Argentina.
—¿Cómo es su día a día como fotógrafo dedicado a la naturaleza?
—Esta vida es la no rutina, es la antirutina. Hace poco cambió mi situación porque renuncié a la Fundación Rewilding Argentina por un cambio de ánimos, a pesar de que es un trabajo hermoso, pero después de tres años quería un desafío diferente, ambientes nuevos, animales, otras personas. Esos tres años de la Fundación Rewilding Argentina fueron de moverme mucho en las tierras del parque Iberá y también en el impenetrable Chaco argentino.
—¿Cómo es trabajar en el Iberá?
—El Parque Nacional Iberá es un gran humedal en la provincia de Corrientes [Argentina] y yo ahí tenía que cubrir todos los eventos más importantes, sobre todo la reinserción de especies y el trabajo con los equipos y con las comunidades. Entonces, la rutina, por decirlo de alguna manera, era muy cambiante, implicaba viajar mucho a los esteros. Yo alquilaba una casa, pero casi no la usaba porque la mayor parte del tiempo estaba en campo, tras los animales, tras las personas que trabajan con las especies.
El Parque Nacional Iberá busca conservar los esteros de Corrientes, un gran humedal en la frontera argentina con Paraguay. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿En qué proyectos se encuentra trabajando actualmente?
—Desde principios de abril, trabajo de manera independiente. Estoy con dos proyectos. Uno con mi productora de contenidos, con mi pareja. Ambos estamos impulsando esta productora que busca hacer documentales o contenidos para empresas, marcas y personas que estén haciendo trabajos en la naturaleza, que estén buscando algo positivo, ayudando a potenciar sus rendimientos desde la comunicación y lo audiovisual. Por otro lado, estoy haciendo mi carrera como operador de cámara independiente buscando oportunidades. El gran sueño es llegar a NatGeo o BBC. Ahora estamos en Paraguay filmando un documental. Mi día a día es mucho campo, mucha ruta y todo eso lo disfruto.
El jaguar y los esteros, durante una actividad de turismo de naturaleza y conservación como una nueva forma de economía regenerativa. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—Para ser finalista del concurso no solo hay que tener una buena calidad de imagen, lo importante es mostrar una historia. ¿Cómo lo logra a través de las imágenes?
—Si, el jurado no solo ve la calidad visual, la creatividad, sino que analiza una historia, ¿qué es lo que está pasando detrás de estas fotos y qué tan bien estás fotos transmiten lo que se está queriendo contar? Entonces, con estas diez fotos de la reintroducción del yaguareté lo que quise contar es una historia que siembre esperanza e inspire acción, eso es lo que busco desde la fotografía y con los videos de la naturaleza. La fotografía tiene un poder enorme para sensibilizar e inspirar acción, y sobre todo sembrar esperanza, porque estamos en un mundo rodeado por muchísimas crisis, pero la principal es la ambiental.
—¿Cree que sacar buenas fotografías inspira un cambio en la consciencia ambiental?
—Veo que todo está negativo y de repente tener imágenes que te dan esperanzas con un trabajo hermoso de recuperación de la naturaleza, que en términos ecosistémicos tienen un impacto gigante, todo eso es como sembrar esa semillita de esperanza para ver si podemos trabajar sobre esto. Eso es lo que busco y creo que eso es lo que valoró el jurado en Londres.
Kris Tompkins y Caratai. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿Cómo decidió postular al Wildlife Photographer of the Year?
—Fue gracias a un amigo que se dedica a realizar videos de la naturaleza. Él me dijo que mande el trabajo y yo creo que por eso no hay mucho sudamericano ganando estos concursos, porque parece algo tan grande, tan prestigioso, que dices “no tengo chances”. Este es el mayor concurso de fotografía de vida silvestre del mundo. Todos los fotógrafos de naturaleza silvestre anhelan conseguir cualquier distinción en este concurso, se los llama el Óscar de la fotografía de la naturaleza porque es lo más importante que hay en términos de concursos y distinciones. Nunca me había animado y ahora tuve el impulso de mi amigo.
Sebastián Navajas en los Esteros de Corrientes, Argentina. Foto: cortesía Sebastián Navajas
Primero tuve que investigar un montó porque era mucho más complejo de lo que creía. Son 19 categorías en total y mandé 25 fotografías y estas diez del Iberá llegaron a la ronda final. Que los esteros de Corrientes tengan una distinción es algo para llenarnos de orgullo porque llegamos hasta ahí por lo que está pasando acá, por lo que está pasando en este lado argentino, que es un lugar muy hermoso y esperanzador.
«Nacido libre y ahora capturado para su conservación» es el título de esta fotografía. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿Cree que su trabajo también es para aportar a la conservación del jaguar?
—Si, por supuesto. La fotografía y la comunicación son áreas clave en la conservación. Muchas organizaciones tienen personas que se dedican solamente a la fotografía o al video. El impacto que tiene poder comunicar cosas tan esperanzadoras sirve, primero, para inspirar a las personas a hacer lo mismo, dar esperanzas de que sí se puede, y después porque muchos otros proyectos llegan a nosotros a través de las redes, buscando información de cómo reintroducir especies. La comunicación y la fotografía aportan un montón a la conservación de especies, generan vínculos y dan mucha esperanza.
Tania, una de las jaguares en Iberá, Corrientes, Argentina. Foto: cortesía Sebastián Navajas
Navajas tituló esta fotografía «primeros pasos del siguiente viaje». Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿Qué se propone en adelante con sus proyectos?
—El mayor desafío a futuro es instalar impacto, que mis fotografías tengan un impacto grande en la conservación, que transforme la forma de pensar de las personas, que lleguen a tocar el alma de las personas y transformar su actitud respecto a la naturaleza. Lo que ahora queremos hacer es enfocarnos en documentales que estén basados en ciencia y conservación con esta gran meta de sensibilizar a las personas.
Sagua’a, un jaguar salvaje del Iberá. Foto: cortesía Sebastián Navajas
—¿Cómo describe las fotografías que envió al concurso?
—Las imágenes son variadas, son diferentes y son una buena representación de todo el trabajo que hay detrás de la reintroducción de especies. De las diez fotos, hay dos de animales en libertad, de yaguaretés en libertad con mucho ambiente detrás, donde se ven los esteros del Iberá, ya que se había perdido una especie clave. Tenerlo con ese fondo hermoso es algo muy fuerte. Hay otra de un yaguareté caminando por un camino, que es algo más cerca del animal, como un primerísimo plano. Pero también hay fotos de monitoreo en campo, de animales en cautiverio, son fotografías que tienen una historia muy fuerte por detrás. Son fotografías muy diversas.
Imagen principal: Mariua, la primera hembra de jaguar que vive libre en Iberá. Foto: cortesía Sebastián Navajas
Navajas retrató durante tres años el regreso de los jaguares al Parque Nacional Iberá, en la provincia de Corrientes, en la frontera de Argentina con Paraguay.
Créditos: Emilia del fino - Editor/a
Fuente: MONGABAY