El hambre afectó a 8,2 % del mundo el año pasado, pese a la leve mejora frente a 2023
Gráfico LR
Por: David Alejandro Realpe Iregui
La inflación de los precios de los alimentos ha sido el principal obstáculo de la recuperación de la seguridad alimentaria y la nutrición tras la pandemia de covid-19
Pese a los avances globales que se han presentado en seguridad alimentaria y que el hambre retrocede en buena parte del mundo, según un informe de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, alrededor de 545 millones de personas en el mundo no pueden permitirse tener una dieta saludable.
El número de personas que padecen hambre en el mundo mostró un leve descenso, pues en 2024, 8,2% de la población la vivió, lo que equivale a 673 millones de personas. Esta cifra representa una reducción frente a los años anteriores, ya que, en 2023 se ubicó en 8,5% y en 2022, 8,7%.
Sin embargo, a pesar que en gran parte de la población mundial hubo un decrecimiento del hambre, no fue homogéneo en todas las regiones. Mientras que en América Latina y parte de Asia reportaron mejoras, África y Asia occidental experimentaron un aumento sostenido en los niveles de hambre. En el continente africano, más de 20% de la población, es decir, cerca de 307 millones de personas enfrentaron esta situación durante el año pasado. Por otro lado, en Asia occidental, la cifra alcanzó 12,7% lo que equivale a más de 39 millones de personas.
Este informe fue publicado durante el segundo Balance después de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios en el cual se aproxima que entre 638 y 720 millones de personas podrían haber padecido hambre en 2024. Aunque esta estimación puntual de 673 millones indica una mejora, las cifras aún están por encima de los niveles previos a la pandemia de covid-19.
Entre otro de los factores que continúa su reducción está relacionado con el acceso a una dieta saludable; durante el año pasado, 2.600 millones de personas no pudieron costear este tipo de alimentación. No obstante, esta mejoría no se distribuyó de manera equitativa ya que, en los países de ingresos bajos, el número de personas sin acceso a una dieta saludable creció de 464 millones en 2019 a 545 millones en 2024; por otro lado, en los países de ingresos medianos bajos, excluyendo a la India, la cifra aumentó de 791 millones en 2019 a 869 millones durante el mismo período. Estas regiones afectadas obtuvieron aumentos sostenidos en los costos alimentarios, lo cual profundizó las brechas globales existentes.
La principal dificultad que han experimentado los países está relacionada con la inflación de los precios de los alimentos, lo cual no ha permitido la recuperación de la seguridad alimentaria en varios países. En los últimos años, los precios de los alimentos crecieron más rápido que la inflación general ubicada en 8,5%, teniendo como punto máximo 13,6 % en 2023. En las economías de bajos ingresos, el aumento fue aún más notorio, con picos de hasta 30%.
Ante esta dificultad que afecta no solo al hambre mundial, sino también otros factores, el presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Fida, dijo que, “en tiempos de subida de los precios de los alimentos y de perturbación de las cadenas de valor mundiales, debemos intensificar nuestras inversiones en la transformación rural y agrícola. Estas inversiones no solo son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, sino que también son decisivas para la estabilidad mundial”.
Seguimiento de las metas
Luego de que en 2015 se aprobara la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la inseguridad alimentaria obtuvo un descenso de 0,4%, quedando así en 28%, lo que representa 2.300 millones entre 2023 y 2024. A comparación de años antes de la pandemia, esto refleja 335 millones más y que cuando se aprobó esta iniciativa, un aumento de 683 millones. Por otro lado, entre los aspectos que más avances tuvo a escala mundial se encuentra la nutrición infantil, ya que, la prevalencia del retraso del crecimiento en los niños menores de cinco años disminuyó de 26,4 % en 2012 a 23,2 % en 2024.
Un factor que obtuvo cambios considerables es el porcentaje de lactantes menores de seis meses alimentados exclusivamente con leche materna, pasando de 37% en 2012 a 47,8% en 2023, reflejando así el creciente reconocimiento de sus beneficios para la salud.
A pesar del descenso global en los niveles de hambre, millones de personas siguen excluidas del acceso a una alimentación adecuada. Esta exclusión es más pronunciada en regiones donde confluyen factores como conflictos prolongados, crisis climáticas y debilidad institucional. En África y Asia occidental, las tasas de subalimentación continúan en aumento, lo que evidencia brechas estructurales que no han sido resueltas por las estrategias globales de seguridad alimentaria.
Con miras a 2030, los organismos internacionales advierten que las metas del Hambre Cero, se encuentran en riesgo ya que, las proyecciones señalan que más de 500 millones de personas podrían seguir en situación de hambre crónica al final de esta década en el cual casi 60% de ellos se encontrarán en África representando así un desafío importante para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Fida; el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef; el Programa Mundial de Alimentos, PMA; y, la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Aunque los datos globales reflejan una mejora respecto a años anteriores, aún se muestra una recuperación desigual ya que, de 2.600 millones de personas que no pueden permitirse una dieta saludable, cerca de 545 millones viven en países de ingresos bajos, donde el costo de los alimentos aumentó de forma desproporcionada. A pesar del descenso reciente en la proporción de personas con hambre, se prevé que en 2030 cerca de 512 millones de personas seguirán en situación de subalimentación crónica, lo que representa un obstáculo considerable para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2: Hambre Cero.
Asia meridional y América Latina, las que cuentan con mayores mejoras
Entre las regiones que más jalonaron la disminución del hambre a nivel global se encuentra Asia meridional, la cual se redujo de 7,9% de 2022 a 6,7%, es decir, 323 millones de personas, en 2024. Además, América Latina también presentó una reducción de la prevalencia de la subalimentación pasando de 6,1% ubicada en 2020, la cual había sido su máximo, a estar en 5,1%, es decir, 1,0% puntos porcentuales, lo que representa 34 millones de personas de esta región, siendo así la región que mejores resultados obtuvo durante el año pasado.
Fuente: LA REPÚBLICA