COVID-19 y su impacto en la vida de las mujeres

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Por Ana Güezmes García

Las imágenes que le dan la vuelta al mundo por el impacto del COVID-19 evidencian el papel fundamental que las mujeres están desempeñando en la lucha contra la pandemia. Desde las trabajadoras de la salud, mujeres en cargos de toma de decisión, trabajadoras comunitarias, hasta las mujeres en trabajos informales y en tareas de cuidado, todas ellas han hecho frente a esta situación.

En el mundo, millones de mujeres están en la primera línea de respuesta, asumiendo una mayor carga de trabajo y riesgos ante esta crisis, son el 70 % de quienes trabajan en los sectores sanitarios y sociales, realizando el triple del trabajo de cuidados no remunerados en comparación con los hombres. No solo en el ámbito de la salud vemos que existen múltiples implicancias de la crisis del coronavirus en la vida de las mujeres, también lo vemos en lo económico y en lo social. Esto se traduce en tiempo, recursos y energía que aportan desproporcionadamente las mujeres.

Si alguna vez escuchaste la frase "el trabajo de una mujer nunca termina", momentos de crisis como los que vivimos hoy en día evidencian que las desigualdades de género se agravan. El cuidado de personas y las tareas domésticas recae principalmente en las mujeres, carga que se incrementa ante el cierre de escuelas, el aislamiento preventivo y la necesidad de contención emocional de los demás miembros de la familia ante la incertidumbre.

Resulta relevante hacer un llamado a la corresponsabilidad y la solidaridad para que la carga de trabajo que va a generar el COVID-19 comience a estar más balanceada entre hombres y mujeres. Tal vez esta crisis nos permita visibilizar el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres, a reconocerlo y también a redistribuirlo de mejor forma entre hombres y mujeres; con corresponsabilidad social de las empresas y el Estado.

Sumado a todo esto, no podemos dejar de lado que la tensión en los hogares por el aislamiento tiende aumentar el riesgo de violencia familiar y sexual, haciendo a las mujeres y niñas más vulnerables. No podemos olvidar que en el mundo y en Colombia, al menos una de cada tres mujeres reportan violencia por parte de su pareja; y que el hogar sigue siendo el espacio más inseguro para las mujeres y las niñas.

¿Qué podemos hacer? Es nuestro deber como sociedad actuar frente al conjunto de acciones que sostienen nuestra vida y la de las personas que nos rodean.

ONU Mujeres está trabajando con los gobiernos, el sector privado y la sociedad para asegurar estrategias que incluyan el análisis de género y la reunión de datos desagregados por sexo, de modo que las necesidades y realidades de las mujeres no queden al margen. Asimismo, estamos haciendo hincapié en los programas que crean inclusión económica de las mujeres para afrontar esta crisis y las futuras, reforzar el apoyo a las mujeres y familias en pobreza y asegurar la protección frente al riesgo de pérdida de empleo de modo que tengan los recursos que necesitan para ellas y sus familias.

Estamos convencidas que integrar a las mujeres a un trabajo conjunto a nivel local y desde las organizaciones es una oportunidad para promover sus voces en la prevención, la respuesta y en la recuperación que requiere el país para salir de esta pandemia y crisis global.

El llamado es a la responsabilidad y la solidaridad. Esta crisis es una oportunidad, como lo ha dicho el propio secretario general de las Naciones Unidas, para pensar un mundo en el que el cuidado sea el nuevo paradigma. Un mundo donde nos cuidemos y cuidemos a los demás sin dejar a nadie atrás. En el que valoremos los cuidados de la salud, de las personas y el planeta.

Tenemos el desafío de gestionar en el corto plazo la respuesta y recuperación rápida de esta pandemia con miras a un futuro de desarrollo inclusivo y de paz. En Colombia, he conocido a muchísimas mujeres y también hombres que están ya sembrando para este futuro. Por ello, somos la Generación Igualdad.

* Representante País de ONU Mujeres Colombia

Fuente: El Espectador